Si Simona puede, yo también

Ya estaba casi decidida a hacerme una reducción de pecho, pero el caso de Simona Halep no me dejó dudas. La tenista rumana ha ganado Roland Garros, después de ser finalista el año pasado, coronando una carrera en la que ha ido sin prisa, pero sin pausa. Pero mucho cambió en su trayectoria cuando todavía tenía 17 años y no era más que una promesa. Fue en ese momento cuando decidió reducirse el pecho porque suponía una evidente merma en su rendimiento.

Yo no juego a tenis, sino a bádminton. Mi heroína no puede ser otra que Carolina Marín, que nos hizo vibrar tanto en los últimos Juegos Olímpicos hasta conseguir la ansiada medalla de oro. No pretendo, ni mucho menos, compararme con deportistas de élite como Simona o la propia Carolina, pero soy ambiciosa y pretendo, al menos, darlo todo de mí misma. Y por condición física, ahora mismo no puedo aspirar a más.

Por eso me he informado en una clínica especializada en reducción de pecho en Vigo. Mi familia y mis entrenadores me han apoyado en todo momento. Por un lado, mi familia es consciente de que me estoy tomando mi actividad deportiva como algo más que un hobby y que puedo hacer cosas interesantes en el futuro a corto plazo. Saben que una operación de este tipo es sencilla. Y por otro lado, mis entrenadores saben, como yo, que esta intervención podría ser muy positiva para mi juego.

Aunque el tenis y el bádminton son dos deportes diferentes, tienen puntos en común, obviamente. Ser rápida de reacción en el bádminton es todavía más importante, si cabe, que en el tenis porque la agilidad es clave para conseguir los puntos. Y aunque estoy muy bien preparada a nivel físico, todavía no consigo llegar al nivel que quiero.

En la clínica especializada en reducción de pecho en Vigo ya han tratado otros casos parecidos al mío, de deportistas femeninas que quieren reducirse un poco el pecho para mejorar la agilidad y la capacidad de movimiento. Estoy muy tranquila porque son muy profesionales y sé que todo saldrá bien.