Errores y creencias falsas sobre el ‘caravaning’ y las caravanas

Con el auge de las caravanas en España, este vehículo recreativo ha aumentado su presencia en concesionarios, con un listado de marcas y modelos cada vez mayor. Pero debido a la falta de tradición, son muchos los mitos que rodean al caravaning y sus posibilidades.

 

¿Es necesario disponer de un carnet especial para conducir caravanas? Existe la creencia de que el permiso de conducir B es suficiente para este tipo de vehículo. Sin embargo, esta es una verdad a medias. Antes de comprar caravana galicia cuya masa máxima autorizada o MMA supere los 3.500 kg, se recomienda obtener el carnet C; por el contrario, si el vehículo en cuestión tiene una MMA inferior, el permiso convencional será suficiente.

 

La vida espartana que supuestamente sobrellevan los propietarios de caravanas es otro mito. Desplazarse y vivir en este vehículo no implica renunciar a comodidades y servicios básicos como el agua caliente sanitaria, la telefonía móvil o el acceso a internet.

 

Por otra parte, ¿son inseguras las caravanas?, ¿más que el resto de coches? La respuesta es negativa. La mayoría de caravanas disponibles en el mercado, con la salvedad de las comercializadas hace 30 ó 40 años, dispone de sistemas de protección y seguridad similares a cualquier otro vehículo, aunque por el momento no pueden someterse a las pruebas de EuroNCAP. Con todo, las caravanas circulan a una velocidad máxima de 100 km/h en autopistas y autovías, limitación que reduce el riesgo de accidentarse.

Otra de las creencias falsas sobre el caravaning es la renuncia al espacio. La habitabilidad de estos vehículos no es comparable a la de una vivienda convencional, pero eso no significa que sean cajas de cerillas. Ciertamente, se comercializan caravanas para todas las necesidades, y en muchos casos son realmente pequeñas y versátiles. Pero no todos los modelos tienen estas características, y el mejor ejemplo es la caravana Hygge 12 Plus, con capacidad para doce personas, es decir, dos familias al completo.

Pasos a seguir para contratar un seguro

La contratación de seguros puede realizarse de forma presencial o por vías telemáticas. Esta última modalidad está en auge, y conlleva beneficios como la inmediatez, la comodidad y el ahorro económico. Ambas modalidades requiere la presentación de información relativa a la vivienda, el vehículo o la salud del solicitante, dependiendo del tipo de seguro que desee contratarse. Con ello, la empresa analiza el nivel de riesgo del asegurado y la naturaleza de las coberturas que más le interesan.

 

Precisamente, revisar el listado de coberturas ofrecidas es un primer paso para saber como contratar seguro adeslas y de otras compañías del sector. Esta investigación previa deberá centrarse en las coberturas extraordinarias, las que el cliente considera importantes, obviando los servicios básicos presentes en cualquier producto asegurador.

 

También es importante decidir el tipo de seguro que se necesitará, a saber: todo riesgo (además de cubrir los daños sufridos por el cliente, adiciona la responsabilidad civil voluntaria y otros servicios), de terceros (abarca las indemnizaciones por invalidez, fallecimiento, etcétera) o de terceros ampliado (que incluye coberturas extraordinarias como los robos o los incendios), por ceñirnos a una tipología básica.

 

Esta diversidad de coberturas y seguros también se produce en los precios. Y es que el coste de una póliza de seguros oscila dependiendo de la provincia, la compañía y el perfil del cliente. Por consiguiente, es aconsejable el uso de comparadores de precios, con el fin de formarse una idea aproximada de su coste real y efectuar una criba de las opciones disponibles.

 

La duración de la póliza de seguro es otro parámetro determinante para la cuantía de las mensualidades y las condiciones del contrato. Por ejemplo, determinados seguros de viaje pueden contratarse de forma temporal, es decir, durante un número de días y semanas acordadas. Por último, se recomienda reducir al mínimo el número de intermediarios, pues encarecerán notablemente el precio final de la póliza.

Viajes a medida 

Cuando me ofrecieron colaborar en el proyecto no lo vi muy claro y me lo pensé durante bastante tiempo. Tenía dudas de si era el mejor momento para embarcarme en un proyecto turístico teniendo en cuenta la situación de crisis que hemos vivido recientemente y que el panorama tampoco es mucho más prometedor. Pero el entusiasmo de mi vieja amiga de la universidad ayudó a que me planteara, al menos, colaborar durante un tiempo.

El proyecto se enfocaba hacia los viajes a medida para particulares, especialmente centrados en el norte de España, que era la zona que mejor conocíamos y en la que residimos. La idea se apoyaba en dos observaciones: que la gente tiene cada vez menos tiempo y que los viajeros buscan cada vez más experiencias personalizadas. 

Por ejemplo, podíamos organizar un viaje gastronómico por Galicia en el que los clientes visitaran unas bodegas rias baixas, varios restaurantes de nivel, y conocieran alguna lonja en la que se vende el pescado fresco. Aunque pueda parecer curioso, la propia ciudad de Tokio transformó su famoso mercado de pescado de Tsukiyi en toda una atracción turística. ¿Por qué no hacer algo parecido en Vigo?

Pues así, más o menos, funcionaría el proyecto de los viajes a medida. Por supuesto, sería un proyecto dirigido especialmente a clientes con cierto poder adquisitivo que son lo que suelen “no tener tiempo” para organizar viajes. Pero la idea era también acercarse a otra clase de viajeros que buscan experiencias muy particulares en sus destinos. Por ejemplo, también surgió la idea de organizar un viaje especial para fanáticos del misterio en los bosques asturianos, o para conocer la leyenda del Pico Sacro de Galicia.

Así que finalmente decidí aceptar la oferta para comenzar a colaborar con este ambicioso proyecto, pero en principio de una forma parcial para tener margen de maniobra. De cualquier forma, estos primeros meses no han ido mal, centrándonos sobre todo en turismo gastronómico visitando bodegas rías baixas y haciendo recorridos culinarios por pueblos y ciudades. Y es que el viaje y la comida maridan más que bien.