¿Y qué hago con tanto dinero?

Mis finanzas han vivido situaciones de todo tipo a lo largo de mi vida. Cuando empecé a trabajar gané bastante dinero sin demasiado esfuerzo creyendo que la vida laboral era coser y cantar, pero un buen día me quedé sin trabajo y mis ahorros se evaporaron. Después me ha costado mucho remontar el vuelo.

Lo ‘bueno’ de vivir ganando poco es que aprendes a ahorrar… porque no te queda otra opción. Me costó adaptarme a mi nueva vida tras mi época de ‘burgués adinerado’ pero al final puse los pies en la tierra. Me dediqué a trabajar lo mejor que sabía intentando llegar a final de mes sin preocuparme demasiado por el futuro a largo plazo.

De un par de años para acá, algunos proyectos han fructificado y mis finanzas han mejorado ostensiblemente. Y aunque suene un poco pretencioso, también me ha costado adaptarme. Una de las cosas que hice fue abrir cuenta nomina en EVO Banco y separarla de la cuenta de gastos corrientes, de forma que la cuenta nómina funcione como cuenta de ahorro. Quiero que esta vez, sin vuelven las vacas flacas (que siempre vuelven), no me pillen con la guardia tan baja como la primera vez.

En un principio, yo era de los que no soportaba los bancos y guardaba el dinero ‘debajo del colchón’. Pero no todos son iguales y ahora mismo estoy muy contento con el tratamiento que me hacen en mi entidad… tal vez porque ahora también he vuelto a ganar bastante dinero.

Otra cosa que he hecho ha sido tomármelo con calma a la hora de gastar dinero. Sucede, a veces, que cuando tienes un golpe de suerte financiero lo primero que haces es cumplir con ese pequeño sueño que tenías desde hace tiempo. Yo he preferido esperar para más adelante.

Algunos me llaman tacaño, y puede que sea cierto, pero al fin y al cabo se trata de mi dinero, y puedo hacer con él lo que quiera. Lo de abrir cuenta nomina y separarla del resto, de hecho, ha sido algo que me han copiado varios conocidos que ya me tienen como su ejemplo cuando se trata de dinero.

Matrimonio de conveniencia con el banco

Conozco muchas personas que detestan a los bancos pero no dan el paso definitivo: “si por mi fuera no tendría cuenta corriente en un banco, pero dónde voy a guardar el dinero, ¿debajo de la cama?” Es verdad que, muchas veces, tener nuestro dinero en un banco es un mal menor, pero debemos saber que no todos los bancos son iguales. En este sentido, me gustaría contaros mi experiencia cuando decidí buscar cuentas corrientes sin nomina con la menor vinculación posible.

A las entidades financieras les pone sobremanera que te presentes allí con tu nómina. Una buena nómina, les asegura una entrada de dinero puntualmente todos los meses y es cuando te reciben con una media sonrisa (una sonrisa entera sería pedir demasiado). Si eres autónomo, no saben si sonreír o temblar, pero también tienen asegurado movimiento en la cuenta todos los meses con el pago de la cuota. Pero, ¿y si no tienes nómina o no quieres domiciliarla? Pues tranquilo, porque todavía existen bancos que te exigen una mínima vinculación.

Generalmente se trata de entidades menos tradicionales, nueva banca que trata de aprovechar los nuevos canales (esencialmente internet) para dirigirse a un perfil diferente de cliente. Cuando decidí que era hora de romper mi vinculación con el banco, me encontré con que había vida más allá: varias entidades ofrecen cuentas corrientes sin nomina a lo que hay que añadir la falta de comisiones.

Evidentemente no todo puede ser de color de rosa, y en muchas de estas cuentas te vas a encontrar con otras condiciones o servicios a los que tal vez no estabas acostumbrado. Pero si tu prioridad es que no exijan nómina y que no te acribillen a comisiones, vas a encontrar lo que buscas.

Tras varios meses confiando en una cuenta de este tipo, tengo que decir que estoy notablemente satisfecho. Es verdad que no vas a encontrar el mismo número de oficinas que si depositas tu dinero en un banco tradicional, pero hoy en día, con una buena aplicación, puedes acceder a todo tipo de servicios financieras desde el móvil. Así fue como yo, al menos, rompí mi matrimonio de conveniencia con el banco de siempre.