4 detalles perfectos para tu casa de campo

Una casa de campo tiene que tener el estilo que corresponde a este tipo de viviendas. En ellas deben de prevalecer los materiales naturales y deben de destacar todos los aspectos rústicos. Así, tendrán una personalidad muy diferente a la de cualquier casa de ciudad y brillarán con luz propia.

Te ofrecemos algunas ideas para conseguir darle ese aire rústico a tu casa de campo para que se vea más bonita y estilosa.

1) estores de madera. Los estores de madera son perfectos para dar un aire rústico a cualquier habitación. Además, son bonitos y muy prácticos y se adaptan al tamaño y forma de cualquier ventana, consiguiendo así un elemento decorativo ideal para este tipo de viviendas.

2) Puertas de paso rústicas. Las puertas de paso rústicas también ayudarán a darle un aire de campo a tu casa. La madera con nudos o los herrajes metálicos para crear puertas correderas en algunas habitaciones conseguirán que la impresión que transmite la casa al entrar sea muy cálida. Este tipo de decoración es además tendencia, por lo que tu casa de campo estará a la última.

3) Recubrimientos de piedra para paredes. Los recubrimientos para paredes en piedra sintética pueden dar a un salón o a un dormitorio un aire mucho más acogedor. No hay necesidad de recubrir la totalidad de la pared, puede ser tan solo alguna de ellas, sobre la que se quiera llamar más la atención. Una buena elección es recubrir solo las paredes que dan al exterior. Además de dar un aspecto rústico y muy bonito se estará dando un extra de aislamiento que siempre va a venir muy bien.

Si se tiene una chimenea de estilo rústico se pueden utilizar estos recubrimientos para crear un espacio en torno a la chimenea simulando, por ejemplo, desconchados en la pared que parezcan dejar ver la piedra que supuestamente habría debajo.

4) Muebles a medida de madera. Una vivienda rústica pide muebles de madera y si estos son hechos a medida encajarán como un guante en cualquier hueco del hogar. Los muebles a medida son perfectos para espacios como el hueco de debajo de la escalera, por ejemplo, consiguiendo un espacio de almacenamiento extra. Pero también son perfectos para crear el mueble del salón o el cabecero de la cama, dando así un toque de calidad muy agradable y cálido en cualquier estancia de la casa.

El secreto de un buen café irlandés

Estuvieron muy de moda hace unos años y ahora es más raro pedirlos en una cafetería, pero los fans de los cafés irlandeses continúan siendo muchos. El café irlandés no es, como muchos creen, un café con whisky sin más, sino que tiene un pequeño trabajo y algunos trucos que son los que marcan la diferencia a la hora de disfrutarlo.

Para empezar, si no sabes como hacer nata para montar no te preocupes, porque el café irlandés auténtico lleva nata batida, pero sin que llegue a montar. La nata debe de engordar y quedar muy cremosa, pero sin ponerse siquiera en el punto de chantilly. Y ese es el primero de los mitos que vamos a desterrar respecto a cómo se hace un irlandés auténtico.

Empieza preparando un café fuerte y aromático usando para ello un café natural de buena calidad. Un buen café marcará la diferencia. Tal y como te decíamos, el irlandés no es un café con whisky sin más, entre otras cosas porque no lleva whisky, sino whiskey.

¿Cuál es la diferencia? La diferencia está en el whiskey es la palabra para denominar a la bebida irlandesa mientras que whisky es la que se usa para la escocesa. Los sabores de ambos son distintos y si buscas algo auténtico, esa “e” a mayores va a marcar la diferencia.

Caliente al whiskey en un cazo con un poco de azúcar moreno, un par de cucharadas más o menos. No dejes que hierva. Tampoco lo quemes, el café irlandés no se quema ya que al quemarlo estaríamos consumiendo el alcohol y ese no es el objetivo. Calentar el licor no es imprescindible, pero ayudará a conseguir la temperatura perfecta para la bebida.

Coge una taza o copa alargada para servir el café y llénala con agua caliente para que se ponga a esa temperatura. Tira el agua y vierte el whiskey caliente con el azúcar. Añade el café recién hecho y finaliza con la crema de nata que debes de añadir usando el dorso de una cucharilla para que no se mezclen los ingredientes.

Las proporciones exactas son un tercio de whiskey, dos tercios de café y un dedo de nata aproximadamente para que quede una bonita presentación. No se debe de cometer el error de mezclar la bebida para consumirla, sino que se debe de tomar tal cual está para que los sabores se mezclen de la forma correcta y se aprecie en todo su esplendor.