Los cocineros opinando de los clientes

Se le ocurrió a un amigo que tienen un restaurante tras algunos encontronazos con los clientes. Harto de que algunos clientes malintencionados usen las webs de opiniones como espacio para hacer daño a los hosteleros (a menudo sin justificación) decidió empezar a responder, una por una, las críticas, señalando de forma personal a cada cliente.

Y es que, este hombre, como otros que ejercen la profesión de cocineros y/o hosteleros recibió alguna amenaza por parte de algún cliente en plan «o haces esto, o te meto una crítica de escándalo en internet», lo que le pareció inaceptable. Una cosa es que un cliente se queje de que el postre no estaba bien, de que la nata montada azucarada estaba agria o de que el cordero estuviera demasiado pasado, y otra cosa es ampararse en el anonimato de la red para chantajear a un humilde trabajador.

Y así fue como empezó a dar forma a un proyecto, sin ningún ánimo de lucro, solo por pura diversión, en la que los cocineros podrían opinar de los comensales, tal y como ellos lo hacen de los cocineros. Obviamente ningún profesional de la cocina pretende perder clientes humillándolos, por eso, este cocinero es consciente de que su proyecto, si es que llega a concretarse, está, seguramente, destinado al fracaso. Pero nunca se sabe…

Pongamos que un cliente se queja de la mencionada nata montada azucarada. De lo que se trata es que el cocinero tenga la posibilidad de responder, explayándose, si fuese necesario, con respecto al cliente. Por ejemplo: “no tengo gustó el postre con nata montada, pero no dejaste ni la raspa, ni tú, ni tu acompañante… tan malo no debería estar”.

Y es que, desde hace tiempo, tanto propietarios de hoteles como de restaurantes viven un poco agobiados por la moda de las opiniones por internet. Es cierto que son muy útiles para otros potenciales clientes y pueden actuar como acicate para mejorar, pero el anonimato y la falta de control provocan que cualquiera pueda hacer daño a un local si se lo propone, creando una opinión negativa sin ninguna justificación real.

¿Y qué hago con tanto dinero?

Mis finanzas han vivido situaciones de todo tipo a lo largo de mi vida. Cuando empecé a trabajar gané bastante dinero sin demasiado esfuerzo creyendo que la vida laboral era coser y cantar, pero un buen día me quedé sin trabajo y mis ahorros se evaporaron. Después me ha costado mucho remontar el vuelo.

Lo ‘bueno’ de vivir ganando poco es que aprendes a ahorrar… porque no te queda otra opción. Me costó adaptarme a mi nueva vida tras mi época de ‘burgués adinerado’ pero al final puse los pies en la tierra. Me dediqué a trabajar lo mejor que sabía intentando llegar a final de mes sin preocuparme demasiado por el futuro a largo plazo.

De un par de años para acá, algunos proyectos han fructificado y mis finanzas han mejorado ostensiblemente. Y aunque suene un poco pretencioso, también me ha costado adaptarme. Una de las cosas que hice fue abrir cuenta nomina en EVO Banco y separarla de la cuenta de gastos corrientes, de forma que la cuenta nómina funcione como cuenta de ahorro. Quiero que esta vez, sin vuelven las vacas flacas (que siempre vuelven), no me pillen con la guardia tan baja como la primera vez.

En un principio, yo era de los que no soportaba los bancos y guardaba el dinero ‘debajo del colchón’. Pero no todos son iguales y ahora mismo estoy muy contento con el tratamiento que me hacen en mi entidad… tal vez porque ahora también he vuelto a ganar bastante dinero.

Otra cosa que he hecho ha sido tomármelo con calma a la hora de gastar dinero. Sucede, a veces, que cuando tienes un golpe de suerte financiero lo primero que haces es cumplir con ese pequeño sueño que tenías desde hace tiempo. Yo he preferido esperar para más adelante.

Algunos me llaman tacaño, y puede que sea cierto, pero al fin y al cabo se trata de mi dinero, y puedo hacer con él lo que quiera. Lo de abrir cuenta nomina y separarla del resto, de hecho, ha sido algo que me han copiado varios conocidos que ya me tienen como su ejemplo cuando se trata de dinero.