Disfruta del placer de caminar sin prisa

Cuando te vas de vacaciones, lo que más disfrutas es el hecho de no tener prisa. Poder disfrutar de largos paseos en los que no tengas que mirar el reloj y puedas sentarte a mirar un paisaje solo porque te apetece verlo. O sentarte en una terraza para coger fuerzas antes de continuar caminando sin rumbo por tu lugar de destino, porque realmente no tienes que llegar a ningún lado, solo empaparte del ambiente y del lugar en el que vas a pasar unos cuantos días. Porque si hay algo mejor que viajar, es hacerlo sin prisa y con todo el tiempo del mundo.

Pero sí hay un lugar en donde no quieres caminar y no puedes tomarte el tiempo que quieras, el aeropuerto. Llegar a un aeropuerto y aparcar cuando vas a estar muchos días en un sitio no es la mejor idea. Porque los parkings de los aeropuertos son caros. Pero aparcar lejos, tener que coger un taxi o caminar, tampoco es un gran plan, sobre todo porque suelen estar en las afueras y no son sitios a los que se llegue caminando.

Para evitar estrés o gastos innecesarios, lo mejor es Reservar Parking Low Cost en Son Sant Joan y dejar que se ocupen de todo. Así, llegarás al aeropuerto a tu hora y solo tendrás que esperar lo necesario para coger ese vuelo que te llevará a tu paraíso durante los siguientes días. Una vez en destino, puedes tomar transporte público o contratar un servicio que te lleve a tu hotel. Y nada más entrar en la habitación… cierra la puerta y deja atrás cualquier prisa y cualquier horario.

Hay personas que cuando quieren descansar acuden a una ciudad que ya conocen. Hacen esto porque así se liberan de la presión de tener que ver los sitios típicos y de esa cosa de no perderse nada. Solo tienen que disfrutar de lo que ya conocen sin obligaciones ni planes. Además, ya saben a qué sitios ir para disfrutar de un paseo agradable, de unas bonitas vistas o de un restaurante especial.

No quita que esos largos paseos sin rumbo puedan ser buena forma de conocer nuevos lugares, porque hasta la propia ciudad puede dar sorpresas cuando se recorre mirándola con nuevos ojos. Así, la sorpresa y el descubrimiento también formarán parte de tus vacaciones, esta vez totalmente por azar.

Tu mascota, un compromiso para toda la vida

Cuando adoptas a un animal estás comprometiéndote para toda la vida. Y lo mismo si decide comprarlo. Por eso, no puede ser una acción caprichosa que se tome porque hemos visto un cachorro lindísimo y nos hemos antojado de él como nos antojamos de una pieza de ropa o de un pastel que vemos en un escaparate. Esta es la razón por la cual la ley ha prohibido la exhibición de animales en escaparates, además del estrés que esto les producía a los pobres.

Cuando adoptas a un perro o a un gato tienes que hacerlo con un consenso familiar. Todos los miembros tienen que estar de acuerdo y, antes de que llegue el animal, haber asumido cada uno las tareas que les va a tocar realizar, así como los posibles inconvenientes de tener un animal en casa: puede romper cosas, hacer pis donde no debe, no podemos dejarlo solo para irnos de vacaciones muchos días etc.

Si adoptas a un animal cuando eres solo una persona en casa, es algo que tendrás que asumir también en el momento en el que decidas compartir tu vida con alguien: esa persona va a tener que aceptar al animal como parte del trato.

Otro de los aspectos importantes de este compromiso y que muchos no quieren ver, es el económico. El perro o gato van a necesitar vacunas, una comida de cierta calidad, camas, juguetes… Y lo que no queremos pensar, pero puede suceder es que tu mascota enferme. Podría necesitar una operación o un largo tratamiento de quimioterapia. Todo esto tiene un coste y debes tener un fondo para ello. 

Contar con un seguro medico para mascotas puede ser una buena forma de minimizar el impacto que un problema de este tipo podría suponer ya que muchos de los servicios habituales, como las revisiones, suelen estar incluidas. Y en el caso de tratamientos más caro, el seguro cubre una buena parte. 

Por último, hay que asumir que el animal crece, no va a ser siempre un bonito cachorro. Será un adulto y después un senior que va a tener necesidades diferentes en cada etapa de su vida. Solo habrá una cosa que no va a cambiar: el amor y la confianza que sentirá siempre por nosotros y a la que debemos de corresponder con mucho cariño y con la mejor atención que podamos proporcionarle.