La mayoría de los clientes que acuden a una carpinteria de aluminio y pvc ignoran todas las posibilidades que les ofrecen para sus ventanas. Especialmente si viven en una casa, ya que en un apartamento seguramente se vean obligados a ceñirse a los modelos que están aprobados por la comunidad de vecinos.
Vamos a hablar sobre los diferentes tipos de apertura que se pueden elegir. Hay ventanas que abren hacia adentro. Estas son muy prácticas a la hora de limpiar, ya que con abrirla tendremos todo el cristal a nuestra disposición. Pero su principal defecto está en que no es posible abrir un poquito para tener algo de aire sin que la ventana esté abierta. Esto se arregla haciendo que la ventana sea también oscilobatiente. Sin embargo, lo que sí es necesario es el espacio para que la ventana se pueda abrir sin dar problemas.
El sistema de ventanas de guillotina fue el más empleado durante años. La ventana tiene una hoja fija en la parte superior y en la parte inferior otra hoja que se puede elevar. Se puede fijar en diferentes posiciones para que la ventana quede más o menos abierta. Este sistema es muy cómodo solo en ventanas pequeñas, ya que si tienen un tamaño grande pueden ser excesivamente pesadas. Además, para poder limpiarlas es imprescindible desmontarlas ya que no se puede acceder a una parte del cristal de otro modo.
Las ventanas correderas son las más habituales. Pueden tener diferentes tipos de guías, pero básicamente son dos o tres hojas que se abren cruzándose entre sí. Limpiarlas es complicado porque hay que llegar a zonas difíciles usando utensilios con largos mangos. En los últimos años han comenzado a aparecer robots para limpiar los cristales, pero aún son caros y poco funcionales. Seguramente, en poco tiempo sean un elemento más en el hogar.
Las ventanas desplazables o sistemas de ventiluz son los más utilizados en habitaciones abuhardilladas. La ventana es una sola hoja que se desplaza hacia afuera entera. Si se abre hacia adelante, se conoce como ventana de banderola. Son prácticas en ventanas pequeñas y que, por su colocación, no permiten otro tipo de ventana.
Y nos quedan las ventanas de libro, que son aquellas con varias hojas que se pliegan como un abanico para abrirse y se despliegan para cerrarse. No se utilizan normalmente en casas, pero sí en oficinas ya que al abrir permiten despejar todo el lugar de atención al público. No son las más agradables ni bonitas, pero son prácticas en este tipo de ambientes.