¿Sabes que tu piel puede mentir sobre tu edad? Pero, además, ¿sabes que puede hacerlo en todos los sentidos? Es decir, una piel mal cuidada puede envejecer muy rápido y hacer que parezcas mucho mayor de lo que en realidad eres. No se trata solo de que aparezcan arrugas, sino también de que se vea opaca, apagada y seca. Esta piel no está saludable y hace que la apariencia de la persona empeore. Pero, además, la piel mal hidratada es mucho más propensa a que aparezcan marcas de expresión que posteriormente, se convertirán en arrugas.
Por el contrario, una piel bien cuidada estará radiante, tersa y bonita y puede hacer que parezcas mucho más joven de lo que indica tu carné de identidad. Para cuidar bien la piel hay dos claves básicas: la limpieza y la hidratación. Limpiar bien la piel dos veces al día, incluso aunque no se usen maquillajes, es muy importante para que los poros estén libres de suciedad y respiren. La hidratación ayuda a que la piel mantenga la elasticidad durante mucho más tiempo y no se descuelgue, algo que envejece mucho el rostro.
Pero es muy importante utilizar los productos adecuados según el tipo de piel que se tenga y para eso, hay que recurrir a un especialista tratamientos cara que nos indique qué tipo de piel tenemos, que problemas podemos padecer y cuáles son los tratamientos idóneos para mantener joven y sana la piel. Este especialista es el dermatólogo, el cual puede darnos estos consejos y ayudarnos así a prevenir problemas futuros.
Existen dermatólogos especializados en medicina estética que además de darnos consejos respecto a cómo cuidar la piel pueden recomendarnos y supervisar tratamientos como la depilación láser, el tratamiento de las rojeces o de las venitas de araña o tratamientos para eliminar cicatrices causadas por el acné.
Por supuesto, el dermatólogo también es el indicado para tratar problemas como la rosácea o el acné que pueden dañar nuestra piel y nuestra imagen, haciendo no solo que parezcamos mayores sino también menos atractivos. Con la seguridad de que es un médico el que nos está tratando y que no vamos a sufrir efectos adversos por un tratamiento mal aplicado o que no está supervisado por un profesional de la piel.
Cuidar la piel del rostro y dejar que este mienta favorablemente sobre nuestra edad es más fácil de lo que parece si tenemos como aliado a un buen dermatólogo.