¿Cómo elegir un profesional de decoración e interiorismo?

La decoración desempeña un rol protagónico en la mayoría de viviendas, edificios y oficinas, al punto de influir en el estado de ánimo de los huéspedes, el valor de tasación para los compradores o la imagen profesional transmitida a los clientes, respectivamente. Por tanto, la elección de un profesional o empresa decoracion en vigo no debería hacerse a la ligera.

 

Para acertar en esta decisión, es aconsejable seguir determinados criterios de selección, útiles para reconocer al profesional más adecuado. Así, son preferibles las empresas que ofrezcan un servicio integral, poniendo múltiples especialidades a disposición del cliente que le eximan de contratar por separado a varios profesionales, con las molestias que ello conlleva (facturación por separado, coordinación entre sí, mayor dificultad para ajustarse a plazos de entrega, etcétera).

 

También es indispensable que la empresa elegida demuestra ser comunicativa en todo momento y que muestre un espíritu proactivo y una gran capacidad de decisión. Ningún propietario desea que su proyecto de decoración se posponga indefinidamente, ni que los problemas se multipliquen por la falta de pericia de los decoradores e interioristas.

 

Más que un valor añadido, la experiencia es un requisito fundamental en empresas y profesionales de la decoración. Es deseable contratar a profesionales avalados por un dilatado historial de éxitos, capaces de responder en cualquier situación y de resolver la mayoría de problemas que pueda presentar un proyecto.

 

Tan importante como la excelencia de la empresa y de sus recursos humanos es la excelencia de sus proveedores. De estos últimos dependerá la calidad de las maderas, textiles, etcétera, utilizados en la decoración. En muchos casos, las firmas más reputadas del sector disfrutarán de contratos de exclusividad, y su clientela será la principal beneficiada.

 

En último término, y no por ello menos relevante, está la psicología de los responsables de la empresa de decoración. Ser empático y comprender las necesidades y prioridades del demandante puede ahorrarle numerosos problemas, previniendo además conflictos innecesarios entre la empresa y el cliente.